EL CAPITOLIO DE LA HABANA

EL CAPITOLIO DE LA HABANA

Por Aymara Massiel Matos Gil

El Capitolio habanero está considerado una de las construcciones más importantes y de mayor envergadura del país; por la majestuosidad de su edificación y su simbolismo fue declarado Monumento Nacional.

La obra fue inaugurada el 20 de mayo de 1929, luego de más de tres años de intenso trabajo, con un costo de unos 17 millones de pesos.

Inspirado en el capitolio clásico romano, el cubano ocupa una superficie total de 12 000 metros cuadrados, de los cuales 10 839 están bajo techo, mientras la extensión de los jardines abarca 26 500 metros cuadrados.

Da la bienvenida a todo visitante una gran escalinata de granito, de 36 metros de ancho, compuesta por 55 escalones, que a 16 metros de altura culmina escoltada por dos grupos escultóricos de bronce creados por el italiano Angelo Zanelli: uno simboliza la virtud tutelar del pueblo, y el otro, el trabajo.

Una elegante y vistosa cúpula a 90 metros de altura es visible desde diferentes puntos de la ciudad y, debajo de ella, dentro de la edificación, un diamante marca el kilómetro cero de la carretera central.

También bajo de la cúpula y al centro del salón de los Pasos Perdidos se yergue la Estatua de la República, con una altura de 17 metros y un peso de 30 toneladas. Según se conoce, es la tercera estatua bajo techo más grande del mundo, solo superada por el Buda de Oro de Nava, en Japón, y la de Abraham Lincoln en el mausoleo en su honor en Washington.

Esa majestuosa construcción se convirtió en la sede institucional del parlamento cubano en noviembre de 2016, y aunque aún se encuentra en proceso de restauración, abrió las puertas a los visitantes tanto cubanos como extranjeros, para que puedan admirar los salones museables.

Se prevé que el proceso de restauración concluya en el año 2019, como regalo a los 500 años de La Habana.

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Viñales y su atractivo paisajístico

Pinar del Río es una provincia con disímiles atractivos. Dicen los que de eso saben que es en esta tierra donde se cultiva el mejor tabaco de Cuba, y posiblemente del mundo. Muchos visitantes llegan a la provincia más occidental para conocer de cerca el proceso de elaboración de este reconocido producto nacional, aunque no es este el único motivo: los singulares paisajes, ciento por ciento naturales, convierten al territorio en uno de los principales destinos para quienes disfrutan del contacto directo con nuestra madre naturaleza.

En este sentido, el municipio de Viñales acapara todo protagonismo. Un pueblo que atrae por su visualidad, con viviendas decoradas con los más alegres colores y en cuyas fachadas un vistoso ¨SE ALQUILA¨ anuncia la disposición alojar a los visitantes, que cada vez son más numerosos. Y es que más allá de la infraestructura hotelera existente en los alrededores, los pobladores de Viñales han hecho del alojamiento una importante fuente de ingresos, por lo que no falta variedad y, sobre todo, calidad a la hora de encontrar un lugar donde hacer estancia.

Asimismo se han instalado restaurantes, paladares y cafeterías en los propios portales, aportando originalidad al entorno, a la vez que se aprovecha cada espacio.

Y si bien a donde quiera que se mire se respira campo, naturaleza, no hay nada como llegarse al Parque Nacional de Viñales, aprobado en el año 1999, donde no alcanzan ojos para contemplar tanta belleza. Este lugar fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en la categoría de Paisaje Cultural, también en 1999 y 20 años antes había sido nombrado Monumento Nacional.

En su interior se encuentra el Valle del mismo nombre, con sus singulares mogotes, una especie de colinas altas, anchas y con forma redondeada que datan del período Jurásico, cuyo verdor contrasta con el tono rojizo de los suelos; se divisa también algún que otro bohío (viviendas típicas de los campos cubanos), que aporta aún más atractivo al pintoresco paisaje.

Más de una decena de especies botánicas endémicas adornan el lugar, entre ellas la palma corcho, única de su tipo en el mundo y que dada su antigüedad se considera un fósil viviente.

Estas y otras características propician el desarrollo de prácticas como ecoturismo, senderismo, cicloturismo o cabalgatas. La riqueza y diversidad de su flora y fauna enamoran a los que prefieren el ambiente natural, es por esta razón que la observación de aves también se ha convertido en una de las opciones más demandadas.

Pero estas son solo algunas de las bondades que ofrece Viñales, o la Catedral del Carso Tropical como también se le conoce. Resulta difícil resumir en líneas tanto esplendor; quien ya visitó este lugar lo guarda entre sus mejores recuerdos, quizás con la esperanza de poder regresar. Para quien no lo ha hecho, está la oportunidad de llegar, descubrir, experimentar…porque en Viñales el paisaje atrae, pero el entorno enamora.

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